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A Catedral de Sevilha, também conhecida como Catedral de Santa Maria da Sede, é a maior da Espanha, e o terceiro templo em grandiosodade do mundo.
A catedral foi declarada Património da Humanidade pela UNESCO, no ano de 1987, integrado no sítio Catedral, Alcazar e Arquivo das Índias em Sevilha.
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A Catedral de Sevilla é uma genial e deliberada raridade, dizia Camilo José Cela (em «Vagabundo ao Serviço de Espanha»). Os clérigos que decidiram levantar a catedral sonharam passar por loucos perante as gerações vindouras. Conclui por isso que descrever a catedral de Sevilha, perante a qual a Notre Dame de Paris é quase ridícula e sem importância, é um infantil intento.
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Assumido isso, o viajante dirá que a catedral é um dos inevitáveis pontos de visita para quem vai a Sevilha. É um edifício enorme, gigantesco, mesmo, como aliás o pretendiam os seus construtores. Na sua origem esteve uma decisão declarada: construir uma igreja tão deslumbrante que nenhuma outra se lhe comparasse. Estava-se no início do século XV e Sevilha apenas tinha velhas igrejas arruinadas, depois de vários séculos de cultura muçulmana. A verdade é que o resultado foi – e ainda é – a maior igreja gótica do mundo e o terceiro maior templo da cristandade. Ergue-se sobre as ruínas de uma mesquita almohada-mudejar mandada construir pelo emir Abu Yacub Yussuf, em 1184. Por isso, sobre a porta do Perdão, continua escrito «o poder pertence a Alá!»
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A arquitectura interior é majestosa: tem 5 naves, com mais de 120 metros de comprimento. As abóbadas são polinervadas e muito trabalhadas. É particularmente imponente o coro, de final do século XV, em talha dourada. Para completar uma qualquer visita rápida, impor-se-á ver o túmulo de Cristóvão Colombo (estão ainda aqui os túmulos dos reis Fernando III e Afonso X) e a sacristia dos Cálices, onde estão representadas, em várias pinturas (uma das quais do grande Francisco de Goya), as santas Justina e Rufina, padroeiras da cidade.
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«Catedral y Giralda
La Catedral de Sevilla ostenta el título de Magna Hispalensis desde su construcción, siendo no sólo el mayor edificio gótico de cuantos existen, sino uno de los más colosales de toda la cristiandad. Fue declarado Monumento Nacional en 1928 y catalogada en 1987 como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Custodia importantísimos archivos y bibliotecas entre ellas la Biblioteca Colombina en el Patio de los Naranjos. Su fisonomía es producto de las sucesivas ampliaciones y transformaciones acaecidas desde que en el solar se alzara la Mezquita Mayor de los almohades, construida en s. XII. Hoy en día los únicos restos que podemos ver de aquella mezquita son el Patio de los Naranjos y el alminar, la Giralda, desde donde podemos disfrutar de una hermosa vista de la ciudad. En la catedral podemos ver hermosas obras de arte. En el Altar Mayor se encuentra el retablo mayor, considerado uno de los mayores del mundo (27 m. de alto y 18 m. de ancho). En la Capilla de San Antonio podemos ver uno de los tesoros de la catedral, el cuadro de Murillo “La visión de San Antonio”.
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La Capilla de la Virgen de la Antigua, una de las capillas más grandes y de mayor riqueza, con un fresco del s. XIV de la Virgen del mismo nombre, una de las patronas del Descubrimiento de América. El Monumento a Colón donde se encuentran los restos del descubridor. También podemos contemplar una de las mejores obras de la escultura barroca sevillana, el Cristo de la Clemencia, obra de Martínez Montañés. En la Sacristía de los Cálices podemos ver cuadros de gran valor, como “Santa Justa y Rufina” de Goya. La Sacristía Mayor es de gran belleza en sí misma ya que está hecha en estilo plateresco, y con obras de arte como la Custodia de Arfe que se utiliza en la procesión del Corpus Christi. En la Sala Capitular, la cúpula está decorada con pinturas de Murillo, y podemos ver “La Inmaculada”, considerada como la más bella de todas las que realizó. En la Capilla Real podemos ver a la Virgen de los Reyes, imagen del s. XIII y patrona de la ciudad, y en una urna de plata labrada el cuerpo momificado del rey Fernando III el Santo, conquistador de la ciudad y patrón de la misma.
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Esta torre es uno de los pocos restos que quedan de la antigua mezquita almohade. Se la considera hermana de la Kotobyya de Marrakech y de la gran torre de la mezquita de Al asan de Rabat. Muchas otras fueron construidas a su imagen y semejanza. Proyectada por Ahmed ben Baso, sus cimientos, estimados en 8.5 m, son de sillares de piedra hasta una altura de unos 2 m. sobre el nivel del suelo actual. Algunas piedras proceden de restos de construcciones romanas y árabes. La torre se concluyó con 82 m. de altura. Estaba el alminar coronado por cuatro esferas de bronce dorado, que cayeron por efecto del terremoto de 1356. Hacia 1400 se decidió colocar en su lugar una espadaña. El actual campanario lo realizó Hernán Ruiz entre 1558-1568. La coronó con una serie de volúmenes decrecientes y enluciéndola con color almagro (rojizo) y se le colocó azulejos de color azul cobalto.
Cortesia de minube
También se realizaron pinturas al fresco y unos 50 relieves se realizaron bajo la dirección del escultor Juan Bautista Vázquez el Viejo. La veleta que corona el conjunto, popularmente conocida como “El Giraldillo” simboliza la victoria de la fe cristiana y fue obra de Bartolomé Morel realizada entre 1566-1568. Esta “giralda” será la que por extensión de nombre universal a toda la torre. La figura renacentista representa a una mujer con túnica, escudo guerrero en una mano, una palma en la otra, mide 3.5 m. de altura y pesa 128 k. El nuevo conjunto arquitectónico alcanzó los 103 m. de altura gracias al cuerpo de campanas.
“Hagamos una Iglesia que los que la vieren labrada nos tengan por locos”, así tradujo el pueblo lo que habían decidido en sus reuniones los canónigos de Sevilla en 1401. Estaban dando a luz, sin saberlo del todo, esta maravilla que hoy contemplamos y cuya historia resulta sorprendente.
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Soñaban, por qué no, que un día fuera la mejor Cátedra del Arzobispo de Sevilla y futuro Patriarca de la Indias; que en ella se celebrara el más esplendoroso culto litúrgico de la metrópoli hispalense; que asombrara a sus visitantes al caminar bajo sus bóvedas góticas, al descubrir su multiforme iconografía, (pintura, escultura, orfebrería, tejidos, libros corales, vidrieras), llenando las más diversas capillas góticas y renacentistas, para llegar después a encontrarse, en el remanso del Patio de los Naranjos, con las joyas bibliográficas y documentales que se custodian en el Archivo y Biblioteca Capitular, pórtico de un singular sancta sanctorum: la Biblioteca Colombina. Piedra a piedra ven crecer esa impresionante “montaña hueca”, bajo la severa mirada de la Giralda, señora de Sevilla.
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El Cabildo Metropolitano ha sido su fiel custodio, durante siete siglos de rica historia y lo quiere seguir siendo con una atención y organización, cada día, más moderna y esmerada. Para ello, mantiene a diario la liturgia de las Horas y la Misa coral, rompe moldes en la celebración de las grandes festividades del Corpus y de la Inmaculada (baile de seises, procesión por la ciudad, repique de sus 24 campanas), atiende permanentemente la devoción a la Virgen de los Reyes, y realiza amplia pastoral sacramental, como primera Iglesia de la Diócesis de Sevilla». In Turismo de Sevilha.
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