«Azul,
lo que es azul, no se verá la Luna este viernes. Tampoco será más grande. Ni
más brillante. Será una Luna como otra cualquiera. Solo que será la segunda llena del mes. Fueron los
anglosajones quienes bautizaron a este fenómeno del calendario con el nombre de
blue moon (luna azul), a partir de una
reinterpretación del término medieval belewe, que significaba traidor. La luna traidora lo era porque, en Primavera,
exigía ampliar el ayuno de Cuaresma. Al principio, se refería a la cuarta luna
llena de una estación. Pero un error en la revista Sky and Telescopes en 1946
dio a entender que era la segunda en un mismo mes. El astrónomo Donald W. Olson
descubrió hace 16 años el error.
Preparando un artículo para la citada revista, pudo leer en un almanaque de 1937 que había prevista una luna
azul para Agosto de aquel año. La simple aritmética mostraba que
era imposible que ésta fuese la segunda luna del mes. La definición debía de
ser otra, pues 1937 solo tuvo 12
lunas llenas. Aquel verano, sin embargo, hubo cuatro y no tres. Revisando
viejos almanaques se dio cuenta de que las lunas azules seguían un
patrón estacional (Febrero, Mayo, Agosto y Noviembre). Pero ya era
demasiado tarde. El saber popular había redefinido el fenómeno y, ya para
siempre, blue
moon será la segunda
llena del mes. Las lunas azules se dan cada dos, tres o cuatro años.
Nuestro satélite tarda aproximadamente 28 días en dar una vuelta alrededor de
la Tierra. El desfase con el calendario gregoriano hace que se produzcan estas
coincidencias. Claro está, no falta quien profetiza con el fin del mundo. Pero
lo único que podemos profetizar con la ciencia en la mano es que el mes
que viene sí que tendremos una superluna, en torno a un 16% más
grande y un 30% más brillante debido a su cercanía a la Tierra. Pero su
tono será invariable. Aunque, de qué color es la Luna? A veces la vemos
blanca. Otras rojiza, como las lunas de sangre derivadas de los eclipses
parciales. Y la tele nos la mostró, claro, en blanco y negro, allá en 1968. Pero su superficie es más bien
marrón grisáceo, bien iluminada por el Sol. Así que el azul de la luna lo
dejaremos para nuestro imaginario musical y televisivo. Y dejamos los misterios
selenitas para la pareja de detectives que, en los ochenta,
más hizo por popularizar el nombre de Blue Moon a través de su agencia». In Mário
Viciosa, El fenómeno de la Luna azul, jornal El Mundo, , Espanha, Astronomía, 30/7/2015.
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