Lenguadoc. Século XIII
O país e suas gentes
«(…) En las ciudades del Lenguadoc
surgen ciudadanos que controlan el poder: los
cónsules. A principios del siglo XIII los cónsules de las ciudades de Tolosa,
Albí, Narbona, Béziers, etc., eran elegidos por su propiá comunidad, con el
visto bueno del señor. Los cónsules cumplían sus funciones un año y luego éstas
pasaban a sus sucesores, que ellos mismos designaban. En Tolosa se
empezó eligiendo seis cónsules y con el paso del tiempo se llegó hasta veinticuatro,
doce de ellos de la ciudad y los doce restantes pertenecientes al burgo. Otros
elementos característicos de esta vida brillante,
que la diferenciaban de las otras sociedades occidentales contemporáneas, eran
el pretz y el paratge, dos palabras occitanas que traducidas literalmente
significan el precio y la ascendencia, la nobleza de extracción.
El pretz, el precio, es 1o que da valor al hombre: el
hombre de precio es el perfecto caballero. Valeroso, arrojado y
cortés; con una mezcla no cuantifìcable pero sí armónica de valor y cortesía.
Y esto nos lleva al otro término, el paratge.
Las formas corteses se manifiestan en el seno de una nobleza de origen, pero
también tienen cabida dentro de una nobleza natural. Jacques Madaule lo
explica así:
- la nobleza del Midi es menos militar que la del norte, y más civil. Le agrada tanto el espíritu como el valor. El espíritu raras veces es una herencia, sino más bien al contrario: quien no ha nacido noble puede encumbrarse bien alto por mérito propio.
Continuando la relación de estos
fenómenos característicos del Midi, acabaremos
con un rasgo muy alentador y notable: una cierta promoción de la mujer. Es en
esta sociedad meridional donde la mujer comienza a individualizarse, a emerger
del gran pozo de oscuridad en el que la habían tenido postergada años y siglos.
Hay quien afirma que esta aparición de la mujer en un relativo primer plano se
debe a la nueva seguridad y riqueza de que gozael país: las clases altas han
comenzado a vivir con un cierto bienestar, en los castillos se establecen
contactos propiamente sociales en los que el lugar de las mujeres es cada vez más
importante.
Aunque sucinta, talvez esta visión
del país y de sus gentes sea suficiente. Querríamos concluir este capítulo con
otra citación de Madaule, gran enamorado de su Lenguadoc natal. Son unas
palabras que sitúan en su exacta dimensión este concepto de civilización, tan
debatido, ahora y antes, cuando se habla del Lenguadoc del siglo XIII:
- lo que nosotros observamos en el Midi tolosano no es tanto una civilización original como el nacimiento de una nacionalidad sofocada.
Quizá nunca lleguemos a conocer
las dimensiones exactas de su existencia. Lo que sí veremos con toda claridad
es a manos de quién pereció.
As Forças Políticas
Nuestro siguiente cometido será
conocer las fuerzas políticas
de esta parcela occitana, saber quién mandaba y quién ansiaba mandar en esse
Lenguadoc
del siglo XIII. En apariencia todo está bastante claro. Por un lado
tenemos al conde de Tolosa, que dominaba su condado, ya descrito
anteriormente. Por otro, los Trencavel, que al este de las tierras tolosanas
acaparaban buena parte del resto, Albí, Carcasona y Béziers. También
tenemos el vizcondado de Narbona, regido conjuntamente por el vizconde y
por el obispo. Para acabar de definir las fuerzas que, de un modo u otro,
estaban involucradas en la política del Lenguadoc, tenemos aún más al este Montpellier,
que por el matrimonio de Pedro I de Aragón y Cataluña con la heredera María
formaba parte de los dominios del conde de Barcelona; por el otro
extremo, al oeste, el condado de Foix, con vínculos familiares con sus
señores catalanes del Pirineo. Podemos decir que éste es el puzzle político
del país.
No obstante, también interesados
en el Lenguadoc se hallaban, a cierta distancia, dos grandes reinos
que, de frente o de soslayo, no dejaban de mirar hacia él. Uno, la Confederación Catalano-aragonesa,
que en ese momento todavía no se había decantado en la dirección por la que
habría de llevar a cabo su expansión: al
sur, arrebatando tierra a los moros, espácio claro de reconquista; o bien al norte, con los
campamentos base estratégicamente instalados en Montpellier, la Provenza también catalana, la baja,
la más importante, y la punta de lanza catalana que era el Rosellón». In Jesus Mestre Godes, Els Cátars, Problema
religiós, pretext politic, Cathari, Ediciones Península, 1997, ISBN
84-8507-710-8.
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