jdact
Chapinhando
«Ao de
leve, na vidraça
bate
a chuva miudinha
e ella,
a Maria da Graça
finge
que a saia arregaça
e ri
com gosto, a tontinha!
A cabeça
descoberta
e a chuva
tão miudinha…
E ella
a rir, travessa e esperta,
pára
na rua, deserta,
e os
pés na lama chapinha.
O cabello
a desfrizar-se
com a
chuva miudinha…
e ella,
rindo, a arregaçar-se,
como
quem sêdas trajasse
em vez
de curta sainha.
Ris,
pequena endiabrada?
E a chuva
cae miudinha,
mas olha
a saia encarnada
que de
tanto arregaçada,
se não
vê, a pobresinha!
Que gosto
é esse, Maria?
Cai
a chuva miudinha…
foge,
corre, que ella é fria
e eu
sei que alguém choraria
ao saber-te
doentinha».
In Maria
Anna Achioli.
Almanach de Lembranças, 1913
Dicen
que no hablan las plantas
«Dicen
que no hablan las plantas, ni las fuentes, ni los pájaros,
ni el onda con sus rumores, ni con su brillo los astros,
lo dicen, pero no es cierto, pues siempre cuando yo paso,
de mí murmuran y exclaman:
ahí va la loca soñando
con la eterna primavera de la vida y de los campos,
y ya bien pronto, bien pronto, tendrá los cabellos canos,
y ve temblando, aterida, que cubre la escarcha el prado.
ni el onda con sus rumores, ni con su brillo los astros,
lo dicen, pero no es cierto, pues siempre cuando yo paso,
de mí murmuran y exclaman:
ahí va la loca soñando
con la eterna primavera de la vida y de los campos,
y ya bien pronto, bien pronto, tendrá los cabellos canos,
y ve temblando, aterida, que cubre la escarcha el prado.
Hay
canas en mi cabeza, hay en los prados escarcha,
mas yo prosigo soñando, pobre, incurable sonámbula,
con la eterna primavera de la vida que se apaga
y la perenne frescura de los campos y las almas,
aunque los unos se agostan y aunque las otras se abrasan.
mas yo prosigo soñando, pobre, incurable sonámbula,
con la eterna primavera de la vida que se apaga
y la perenne frescura de los campos y las almas,
aunque los unos se agostan y aunque las otras se abrasan.
In
Rosália de Castro.
Poemas del Alma