terça-feira, 26 de maio de 2020

Novos cátaros para Montsegur. Saint-Loup. «El sol aún entraba en la fortaleza por encima de la muralla occidental. Bajo esa iluminación directa la vegetación salvaje mostraba su verdadero carácter de maleza»

Cortesia de wikipedia e jdact

Luz Azul
«(…) Y tú? Aparte de los AJ…, que haces? Ajiste… Eh! eh! No es una profesión, o sí? Yo? Trabajo cerca de aquí, en un telar de Lavelanet. El que se encamina hacia la puerta es el hijo de mi patrón, Gaston Reboul… Este yugo ajiste le parece extraño, no?... El proletario y el hijo de papá…. El capital y el trabajo se dan bien y nos gastamos bromas en los AJ los sábados por la tarde!... Camas a la española (Broma consistente en colocar las sábanas dobladas sobre su mitad con el fín de que el durmiente sólo pueda introducirse parcialmente en la cama)… Cubos llenos de agua encima de las puertas. Racimos de uvas dentro de las botas! Me encanta gastar bromazos y soy un socialista que vale por dos! Y el hijo de su patrón se aviene a este juego? Claro, tiene esprit auberge! (Expresión francesa que significa más o menos predilección por albergues o espíritu de albergue).
Otto Rahn murmuró con ensoñación: también tenemos lo mismo en Alemania, ahora.
Y alternativamente observaba a la bella e inquietante Auda Isarn y Gaston Reboul, hijo de un capitalista integrado en una sociedad sin clases de los AJ. De mediana altura, trigueño, magro, el joven Reboul ostentaba una dejadez asumida tal vez de manera voluntaria, sin la cual tendría dificultad de sentirse a gusto en un mundo más cercano al trabajador Jordi Couquet que al heredero de los Telares Industriales de Lavelanet. Pensó: estos ajistes (que me parta un rayo! Cómo se puede ser ajiste?...) caen en el engaño, ya que su ideal consiste en alinear al pueblo por la élite y no hacer descender a esta hasta el pueblo!
Jordi Couquet terminaba de roer una manzana arrugada, con un invierno en el granero en su haber, y arrojó el carozo en medio de los matorrales de enfrente. Otto Rahn la reprendió suavemente: no debió hacer eso… El joven arqueó las cejas negras y espesas. No me venga con esas! Por qué? Allí puede crecer un manzano! Por qué? Por respeto a Montsegur, el más sagrado de todos los elevados lugares de Europa! Inquieto, el camarada Couquet miró directamente al alemán. Tuvo ganas de colocarse un dedo en la sien precisando la estima que tenía por la salud mental de su viejo interlocutor, pero se contentó con objetar: alto lugar? Montsegur a duras penas tiene mil doscientos metros. Ya estuve en montañas con más de tres mil. Qué si pasa? No se acotaron altitudes para arrojar huesos!

El sol aún entraba en la fortaleza por encima de la muralla occidental. Bajo esa iluminación directa la vegetación salvaje mostraba su verdadero carácter de maleza. Las conversaciones fueron escaseando con las primeras muestras de calor. Otto Rahn parecía contrariado. El movimiento (acompasado) del pie apoyado sobre el talón le cronometraba el curso de los pensamientos y dejaba traslucir una ligera irritación. Permaneció en silencio durante largo tiempo y, por fin, retomó la conversación con una frase trivial. De modo qué todos sois de esta región? Todos. Marius Chabrol, el pequeño allí de abajo que nos mira como un padre listo a escuchar una confesión de asesinato, es de Narbona. Es banquero. Digamos más bien, empleado bancario! Eh, eh! No es lo mismo. Sea como fuere, es un tipo importante… Tiene diecinueve años y es secretario de la juventud comunista de su zona! El que está en el lado izquierdo es Raymond Ferrocas, va a ingresar en la Escuela Normal de profesores. Nació en Béziers. El grueso aquel, de cara cortada a machetazos, es Robert Robuffay, trabaja con el padre en Menèrba. Tiene viñedos. El del pelo ensortijado a la vera del muro es Guyot Peyrat, de Toulouse. Está preparando cualquier asunto en la Facultad de Letras de Montpellier. Un excéntrico. Habla y escribe el dialecto de la región. Todos son de aquí.
Guyot Peyrat se había aproximado y ya estaba lo suficientemente cerca como para oír la última frase que denominaba dialecto a la lengua d’Oc. Levantó los hombros y dijo: ya no se hacen amôrri (Expresión que forma parte de la dialéctica del resentimiento usada en el Languedoc en 1968. Proviene de Amaury y se refiere al hijo de Simon de Monfort que precisamente no brillaba por su inteligencia), como tu, Jordi! Dijiste más de un centenar de veces que la lengua d’Oc no es un dialecto! Qué quieres que haga para no quedarme a medias-tintas, si eso es chino para mi? Uno a uno, los muchachos se fueron colocando junto al alemán. La chica paseaba sobre los peñascos manteniéndose a distancia en una actitud de pura-sangre. Otto Rahn se volvió al muchacho que había abordado primeramente una hora antes: señor Barbarïa, quería hacerle una pregunta, una pregunta importante. Cuál es la razón de venir con sus camaradas a Montsegur? Un tanto cuestionado, Barbaïra tardó en responder». In Saint-Loup, Novos cátaros para Montsegur, tradução para espanhol por RRB, tradução de António Rangel, 2003, Huguin Editores, Lisboa, Eneese, Las Españas, año 120 (2010).

Cortesia de HuguinE/JDACT