As Rotas
La Carrera de Indias: Inconvenientes y Ventajas del Sistema Español de
Comunicaciones Transatlánticas
«(…) Al mismo tiempo que se restringió el número de puertos
habilitados, se concentró también la salida de las embarcaciones en dos
convoyes anuales protegidos por barcos de guerra. Este sitema quedó
perfectamente reglamentado en los años sesenta del siglo XVI. En los meses de
Abril o Mayo salía la flota de la Nueva España com destino a Veracruz. En Agosto
lo hacía la de Tierra Firme, cuyo destino incial era Cartagena de
Indias. Esta segunda expedición esperaba en Cartagena hasta que llegaba la
noticia de que desde el puerto del Callao, en el litoral del Pacífico, había
salido otro convoy protegido por la denominada Armada del Mar del Sur,
que custodiaba laplata extraida de la mina del Potosí en el Alto Perú.
El intercambio entre los ricos metales potosinos y los tejidos que transportaba
la flota de Tierra Firme se realizaba en una espectacular feria que tenía lugar
en el istmo de Panamá, el cual servía de intermediario terrestre entre los
convoyes que navegaban por el Atlántico y el Pacífico. Los peruanos dejaban su
plata en la ciudad de Panamá y, desde allí, algunos trechos a lomos de mulas y
otros enbarcazas fluviales, los tesoros eran transportados a Nombre de Dios
o a Portobelo, ambos en el litoral Atlántico, donde acudían las naves de
la flota de Tierra Firme para realizar una breve pero rica y bulliciosa
feria.
Los barcos salidos desde Sevilla no navegaban directamente hasta el
Pacífico. Esta circunstancia constituyó otra de las máximas estratégicas del
sistema de comunicaciones transoceánicas españolas. La Corona trató de
considerar el Pacífico, al menos en las proximidades de las costas americanas,
como un océano cerrado, una especie de descomunal lago hispánico y para ello
nada mejor que procurar que los navegantes, incluidos los propios españoles,
olvidasen las rutas de acceso a aquellas aguas. A este planteamiento
estratégico se unía, desde luego, la peligrosidad del paso a través del
estrecho de Magallanes, que había hecho fracassar alguna de las primeras
expediciones que se dirigieron directamente desde España a las Molucas. En
resumidas cuentas, uno de los principios básicos del sistema fue que la
comunicación entre las posesiones españolas del Pacífico y la metrópoli siempre
se hizo a través del intermedio del continente americano. Ya hemos descrito
como se enlazaba el Peú con Sevilla. De manera parecida, aunque con distancias
enormemente superiores, las Filipinas mantenían una comunicación periódica con
México a través de pequefros convoyes que enlazaban Manila con Acapulco. Desde
allí las mercancías orientales pasaban por tierra a Veracruzy partían en la
flota de Nueva España hacia Sevilla. Con todo ello se había creado una red
de comunicaciones que adquiría un caracter realmente planetario y que solo
tenía parangón con la que la corona Portuguesa había confeccionado para unir
sus posesiones en extremo Oriente con Lisboa.
Este tremendo esfuerzo requería en primer lugar la creación de organismos,
tanto públicos como privados, capaces de administrar una maquinaria tan
compleja, y, en segundo lugar, contar con embarcaciones y tripulantes expertos
y capaces de llevar a la práctica las órdenes recibidas. El organismo público
más importante fue la Casa de la
Contratación de Sevilla. Creada en 1503
por los Reyes Católicos, fue inicialmente una oficina destinada a gestionar el
envío de embarcaciones, cobrar los impuestos reales, y dirigir la política
migratoria de la Corona. Por ser una institución estatal se emplazó en
dependencias del alcazar real, donde se le habilitaron unas casas contruidas
sobre un antiguo palacio musulmán, cuya entrada se abría a una pequeña plaza
cercana al rio y no lejos del puerto fluvial».
Inicialmente, el cuerpo de funcionarios de la Casa de la Contratación fue muy reducido, pero poco a poco,
a medida que se confirmaba la extensión de las tierras americanas, se le fue añadiendo
personal hasta contar con más de cien personas en la plantilla, lo que, en
aquellos tiempos, significaba un importante nucleo burocrático. Al mismo ritmo
crecieron sus competencias. De su primitiva misión, esencialmente de caracter ejecutivo,
pasó a ejercer de tribunal de justicia para todos los pleitos relacionados con
el tráfico comercial, naval y migratorio. Pero, sobre todo, la Casa de la Contratación fue
conocida en el mundo por constituirse en un importantísimo centro de
investigación y enseñanzas náutico-geográficas. En 1508, Américo Vespucio fue nombrado primer Piloto Mayor de la Casa de la
Contratación, encargándosele la confección de mapas sobre el Nuevo
Mundo y el examen de cuantos quisieran ir como pilotos. La labor cartográfica
de la Casa se centró en la confección de los famosos Padrones Reales, que eran
mapas resúmenes realizados con las informaciones entregadas por los navegantes
y que luego servían, a su vez, como fuente para confeccionar las cartas
náuticas. De su primitiva función como simple tribunal para examinar la
competencia de los pilotos, la Casa pasó a crear una verdadera escuela de
náutica, donde profesores de cosmografía y matemáticas impartían cursillos que,
con una duración de entre tres y seis meses, resultaban obligatorios para
cualquiera que quisiese graduarse como piloto de la Carrea de Indias». In
Pablo Emílio Perez-Mallaina, Viagens e Viajantes no Atlântico Quinhentista,
coordenação de Maria da Graça Ventura, Edições Colibri, Faculdade de Letras de
Lisboa, Lisboa, 1996, ISBN 972-8288-21-2.
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