segunda-feira, 27 de janeiro de 2014

História Medieval. Anales de la Universidad Alicante. Margarida León. «Se percibe una escisión clara, desde la perspectiva del Poema, en el grupo de caballeros afectos al rey Alfonso VI que, en el fondo, responde a una realidad heredada de los tiempos del padre del monarca: Fernando I, fiel reflejo de más de cien años…»

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El linage del Cid
«Si duda in duda uno de los aspectos más controvertidos y fascinantes del Poema de Mío Cid es la posibilidad de entrever, bajo las palabras dibujadas por la memoria del juglar, los auténticos personajes que desfilan por sus versos, la verdad histórica que late en algunos nombres, situaciones o títulos. De las decenas de artículos, libros, ponencias, comunicaciones que han nacido como respuesta a alguno de los múltiples interrogantes que la historia de Rodrigo Díaz Vivar plantea a los investigadores, no pocas se han dedicado a desenmarañar la compleja red familiar que presenta el poeta en la que odios de Beni Gómez, celos y envidias de Ordóñez tiñen com su colorido las hazañas bélicas de un caballero destacado de frontera. Desde los primeros versos del Cantar advertimos que nos encontramos ante dos bandos claramente enfrentados: uno encabezado por Mío Cid y en cuyas filas se cuentan Alvar Fáñez, Alvar Salvadores, Alvar Álvarez, Galindo García, Pedro Vermúdez, Munio Gustios, mejor Godestéiz, Martín Muñoz, Martín Antolínez y Feles Muñoz, sin olvidar, por supuesto, a la propia esposa del héroe; y otro en el que se engloba a los personajes antagonistas del caballero y que, a menudo, aparece bajo el epígrafe genérico de «...los del bando de infantes de Carrión...»
Este segundo grupo nobiliario recoge a magnates de la primera aristocracia del reino como el conde de Nájera García Ordóñez, Alvar Díaz de Oca, los así llamados infantes de Carrión Diego y Fernando González, su hermano Ansur, el teórico padre de los tres: Gonzalo Ansúrez, y, finalmente, Gómez Peláez que planta cara al propio Alvar Fáñez durante las cortes toledanas.

NOTA: «...Gómez Peláyet en pie se levantó: ¿qué val, Minaya, toda essa razón? ca en esta cort afartos ha pora vós, e qui ál quisiesse, serié su ocasión. Si Dios quisiere que d´ésta bien salgamos nos...» (Cantar de Mío Cid, vs. 3457-3461).
En los últimos años, y gracias a la iniciativa investigadora del César Álvarez Álvarez, la historia del Reino de León, revisada, nos permite recomponer algunos de los principales acontecimentos acaecidos durante la turbulenta décima centuria. Bajo su dirección han visto la luz Reyes de León, León, 1996 y, en breve, a comienzos del 2000, aparecerá la historia medieval de León así mismo por él coordinada, trabajos a los que remitimos para una mayor perspectiva histórica sobre este periodo.

Se percibe una escisión clara, desde la perspectiva del Poema, en el grupo de caballeros afectos al rey Alfonso VI que, en el fondo, responde a una realidad heredada de los tiempos del padre del monarca: Fernando I, fiel reflejo de más de cien años de enfrentamientos y tensiones entre los soberanos leoneses y la nobleza condal. Por ello, si sumamos a las dificultades intrínsecas de cualquier reconstrucción genealógica, la recomposición de una línea nobiliaria coetánea a estos momentos de cambio coincidentes con los años correspondientes al segundo tercio del seculo XI, nos encontramos, como acontece en el caso del Campeador, con numerosas dudas, lagunas y algunos errores. La mayoría de estos silencios y confusiones proceden de la misma metodología reconstructiva tendente siempre a rastrear los ancestros de una estirpe en el sector territorial sobre la que ésta se documenta en el momento de comenzar la investigación». In Margarita C. Torre Sevilla-Quiñones de León, Área de Historia Medieval, Universidad de León, Anales de la Universidad de Alicante, Historia Medieval, nº 13, El linaje del Cid, 2000-2002.

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