terça-feira, 21 de fevereiro de 2017

Hipátia de Alexandria. Maria Dzielska. «Las versiones reduccionistas de Toland y Voltaire sobre Hipatia marcan la génesis de una leyenda que mezcla verdad y falsedad»

Cortesia de wikipedia e jdact

«(…) Voltaire vuelve a Hipatia en su Diccionario filosófico. Allí afirma que enseñó a Homero y a Platón en Alejandría durante el reinado de Teodosio II y que los sucesos que concluyen con su muerte están instigados por san Cirilo, que lanza a la chusma cristiana contra ella. Aunque no olvida citar sus fuentes, Damascio, Suda y los hombres más sabios de la época, Voltaire hace de ellas un uso bastante desdeñoso; y, a mitad de una serie de graves acusaciones contra Cirilo y los cristianos, añade una ocurrencia de tertulia, perfectamente grosera y necia, sobre su heroína favorita: cuando se desnuda a mujeres hermosas, no es para perpetrar matanzas. A decir verdad, nos quedamos a oscuras sobre si el sabio de Femey se burla de sus lectores, de las ideas que propugna con tanto entusiasmo o de Hipatia. Voltaire manifiesta la esperanza de que el patriarca Cirilo haya pedido perdón a Dios y de que Dios, en efecto, se haya apiadado de él; Voltaire en persona reza por el patriarca: ruego al padre misericordioso que tenga piedad de su alma,
Las versiones reduccionistas de Toland y Voltaire sobre Hipatia marcan la génesis de una leyenda que mezcla verdad y falsedad. Si hubieran consultado sus fuentes antiguas con más perspicacia, habrían detectado en ellas una personalidad mucho más compleja. Esta víctima de la superstición y de la ignorancia no sólo cree en el poder redentor de la razón: también busca a Dios a través de la revelación religiosa. Por encima de todo, Hipatia es testaruda, posee una gran delicadeza moral, y defiende el ascetismo tanto como los cristianos dogmáticos que Voltaire y otros presentan como implacables enemigos de la verdad y el progreso. Influido por las ideas de la Ilustración, el neohelenismo y el estilo literario y filosófico de Voltaire, Edward Gibbon elabora la leyenda de Hipatia. En la Historia de la decadencia y caída del Imperio romano, declara a Cirilo responsable de todos los conflictos que estallan en la Alejandría de comienzos del siglo V, sin olvidar el asesinato de Hipatia Según Gibbon, Hipatia profesa la religión de los griegos y enseña públicamente tanto en Atenas como en Alejandría. No conozco la fuente de la primera afirmación de Gibbon; la segunda refleja una interpretación errónea del relato de Damascio en Suda. Como Toland y Voltaire, Gibbon repite la historia de Damascio sobre la violenta envidia de Cirilo hacia Hipatia, que se halla en la plenitud de la belleza y en la madurez de la sabiduría, rodeada de discípulos y personas ilustrísimas por su rango o por su mérito y siempre impacientes por visitar a la filósofa. Hipatia es asesinada por un tropel de fanáticos salvajes y despiadados instigados por Cirilo, y el crimen nunca se castiga, al parecer porque la superstición [el cristianismo] quizá expía de mejor grado la sangre de una virgen que el destierro de un santo. Esta representación del crimen de Alejandría encaja perfectamente con la teoría de Gibbon según la cual la consolidación del cristianismo es la causa principal de la caída de la antigua civilización. El historiador inglés utiliza las circunstancias de la vida de Hipatia para documentar esta tesis y para mostrar las diferencias entre el mundo antiguo y el nuevo: razón y cultura espiritual (Hipatia) frente a dogmatismo y ausencia brutal de compostura (Cirilo y el cristianismo).
La figura de Hipatia aparece brevemente y por medio de referencias indirectas en muchas otras obras del siglo XVIII,entre ellas la divertida novela satírica de Henry Fielding A Journey from this World to the Next [Un viaje de este mundo al venidero] (1743). Al describir a Hipatia como una dama joven de extraordinaria belleza y mérito, Fielding afirma que aquellos perros, los cristianos, la asesinaron. Pero es a mediados del siglo XIX cuando la leyenda literaria de Hipatia alcanza su cima. Charles Leconte de Lisie publica dos versiones de un poema titulado Hypatie, una en 1847 y otra en 1874. En la primera versión Hipatia es víctima de las leyes de la historia y no de un complot cristiano, como Voltaire mantenía. Leconte de Lisie ve las circunstancias de la muerte de Hipatia con imparcialidad histórica, convencido de que la historia no se puede identificar con una única cultura o sistema de creencias. La era de Hipatia se apaga, sencillamente, y es reemplazada por otra nueva con sus reglas y formas propias. Como creyente en las antiguas deidades y amante de la razón y de la belleza sensual, Hipatia se convierte en víctima simbólica de las cambiantes circunstancias de la historia. La humanidad, en su precipitada carrera, te golpeó y te maldijo. En la segunda versión del poema, Leconte de Lisie vuelve a la interpretación anticristiana de la muerte de Hipatia. Los culpables del crimen son los cristianos, no la necesidad histórica: Le vil Galiléen t’afrappée et maudite, Mais tu tombas plus grande! Et maintenant, hélas! Le souffle de Platón et le corps d’Aphrodite Sont partís á jamais pour les beaux cieux d’Hellas!
[El vil Galileo te ha golpeado y maldecido,/ pero al caer te hiciste más grande! Y ahora, ay!/ El espíritu de Platón y el cuerpo de Afrodita/ han ascendido para siempre a los bellos cielos de la Hélade!]». In Maria Dzielska, Hipátia de Alexandria, 1995, epublibre, 2004, tradução de José Luis Muñoz, Relógio d’Água, 2009, ISBN 978-989-641-148-0.

Cortesia de epublibre/Relógio D’Água/JDACT